El agua es una necesidad básica para los seres humanos. A medida que la población mundial crece, también aumenta la demanda de agua óptima para el consumo. El tratamiento del agua potable tiene como objetivo principal la producción de agua potable para la población, asegurando que el agua depurada llegue a los hogares. Es crucial disponer de una fuente de agua limpia y segura.
Otro objetivo importante es el vertido controlado en medios naturales, como ríos, lagos u océanos. Queremos garantizar que el agua se reintroduzca en el ciclo natural sin perturbar el equilibrio del medio ambiente. Esto es fundamental porque los compuestos contaminantes y las bacterias presentes en el agua no tratada constituyen un peligro para la flora y la fauna acuática.
Disponer de sistemas eficaces para mejorar la calidad del agua ayuda a prevenir incidentes causados por el agua insalubre, como vector transmisor de enfermedades y contaminación biológica. Los métodos avanzados de tratamiento de aguas no sólo garantizan la seguridad del agua para el consumo humano, sino que también protegen los ecosistemas naturales y promueven la sostenibilidad ambiental.